Es posible que nuestro negocio no haya peligrado por alguna situación relacionada con la protección de datos. Es importante tener en cuenta que las personas que no lo hayan padecido son afortunados, ya que más del 50 % de las empresas de Estados Unidos, han sufrido ataques cibernéticos en los últimos años.
Tan solo en la mitad del año 2017, hubo cerca de 2.000 millones de registros perdidos, robados e incluso, infiltraciones de datos, lo que supone un aumento del 164% respecto al semestre del año anterior. Las filtraciones de datos pueden afectar a la información financiera, tales como datos bancarios o de tarjeta de crédito, información sobre salud personal, identificables personalmente, secretos comerciales de corporaciones o propiedad intelectual.
La mayoría de estas filtraciones de datos, por supuesto, afectan a todo lo que es vulnerable y no estructurado, como los archivos y documentos que contienen información sensible.
Las repercusiones económicas de una filtración de datos son astronómicas. Existe la posibilidad de que se fije un coste medio global de la filtración de datos en 3,62 millones de dólares. Muchas empresas todavía no están preparadas para afrontar la situación. Los informes arrojan que, en más de 4.100 organizaciones, 7 de cada 10 no están preparadas para un ciberataque o una filtración de datos. Únicamente el 26 % de los profesionales británicos de la TI considera que tiene la experiencia adecuada para la seguridad en la nube.
Por ello, es fundamental entender qué puede hacer tu organización para salvaguardar tus datos. Puede sonar contradictorio, pero si necesitas mantener seguros los datos de tu empresa, un espacio de oficina compartido es una forma fantástica de hacerlo.
La seguridad, un principio básico desde el principio
Hoy en día, se están tomando medidas para garantizar que un espacio de oficina flexible sea seguro para los datos. Para garantizar la seguridad de los mismo, se mejora la seguridad desde la infraestructura de la red de datos hasta las aplicaciones empresariales.
Se está utilizando tecnología cada vez más puntera y se pone a prueba la seguridad a través de auditores externos para garantizar el cumplimiento de las medidas.
Aunque pueda parecer que un espacio de oficina flexible es menos seguro, lo cierto es que es todo lo contrario. Se emplean cortafuegos para crear redes privadas virtuales. Dichas redes, garantizan que los usuarios no tengan la posibilidad de saltar de una conexión a otra y acceder a redes de distintos usuarios.
También es importante tener en cuenta las políticas de privacidad. Con la entrada en vigor del reglamento general de protección de datos, se garantiza el cumplimiento de los requisitos distintos del reglamento. De lo contrario, las finanzas y la reputación se verán dañadas.
Esto es fundamental para las empresas que utilizan espacios de oficina flexibles. Después de todo, no queremos que nadie vea información personal en lugares públicos, ni queremos que la lista de clientes caiga en manos equivocadas.
Es cierto que las organizaciones de coworking han realizado importantes esfuerzos para garantizar el cumplimiento de las normas legales europeas, pero no subestiman la necesidad de aplicar los principios fundamentales del GDPR para ofrecer una mejor protección a sus clientes.